La innata maldad y la renuncia de la libertad por la paz

ARTE PAU: El Aquelarre, Francisco de Goya.
El aquelarre (1823) de Francisco de Goya

Víctor Celemín Capaldi 

Thomas Hobbes vive en un siglo XVII plagado de grandes guerras. El inglés es espectador de la guerra civil inglesa entre el parlamento y el rey Carlos I de Inglaterra; y la guerra de los Treinta Años que se desarrolló en Europa central por motivos principalmente religiosos, y que provocó la muerte de millones de personas. En ese escenario Thomas Hobbes, elemento clave del pensamiento político moderno, va a examinar la voluntad y las conductas humanas que, según él, tienden siempre a la acción motivada por el deseo. El problema resulta cuando hay que compartir estas fuentes de placer con otros, o estos interfieren en el proceso. Esto determina que el hombre siempre esté en guerra con los demás. Dicha concepción la expresa a través de la conocida definición homo homini lupus ("El hombre es un lobo para el hombre")

Ya habiendo analizado el comportamiento del ser humano y que es lo que lo determina, considera la existencia de un estado hipotético al que llama estado de naturaleza en el que el hombre vive absolutamente libre. Pero el hombre, al ser un ser malvado (un lobo) se encuentra en una guerra de todos contra todos (Bellum omnium contra omnes). Es capaz de robar, violar, matar, torturar... y en esta situación la convivencia es imposible. En este estado, Hobbes encuentra tres motivos básicos por los cuales se producen conflictos: la competición, la desconfianza y la gloria. Partiendo de estos tres motivos Hobbes establece 19 leyes de la naturaleza, unos preceptos encontrados por la razón por los cuales se le prohíbe al hombre hacer aquello que sea destructivo para su vida. La primera lex naturalis está compuesta por dos partes. En primer lugar se refiere a que el hombre debe buscar la paz hasta donde pueda, y cuando no tenga esperanzas para conseguirla, puede recurrir a la guerra. La segunda parte recurre a la libertad de cada ser humano al permitir la utilización de "su poder para la preservación de su propia vida". Contemplamos como el filósofo inglés describe al ser humano desde un punto de vista puramente salvaje hasta el punto de utilizar animales (los lobos) como símil. Desde mi consideración, es cierto que podemos reducir a nuestra especie como un mero animal salvaje en determinadas situaciones. Sin embargo ¿El hecho de que nosotros mismos nos cuestionemos la actitud de nuestros "hermanos de especie" (incluso de nosotros mismos) no marca ya una diferencia con el resto de animales? ¿O es qué un puma se plantea porque no deja de cazar a las presas más jóvenes por cuestiones éticas, a pesar de que estas sean más fáciles de atrapar? No podemos dejar de considerarnos seres vivos (aunque en ocasiones parecemos transmitir que somos invencibles) pero eso no ignora la existencia de un razonamiento y unos sentimientos que evitan que nos comportemos como tigres en plena jungla.

Archivo:Duelo a garrotazos, por Goya.jpg - Wikipedia, la ...
Duelo a garrotazos de Francisco de Goya

A pesar de la innata maldad del ser humano que establece Hobbes, el hombre es inteligente y se da cuenta de que es imposible convivir en un entorno violento donde los hombres son libres en su totalidad. Partiendo de las leyes naturales que define, el inglés establece que la humanidad supera este escenario salvaje  mediante un pacto social, un pacto en el que los hombres renuncian a su capacidad de autogobierno y con ello a su libertad, como garantía de la seguridad individual. Los humanos renuncian a estos principios para que un soberano gobierne en su nombre. Hay que tener en cuenta que el soberno no firma el pacto y por tanto sigue siendo libre, pero ahora tiene un objetivo que debe cumplir: garantizar la seguridad de los hombres. Tal es la obligación del soberano que Hobbes defiende la censura de los medios de comunicación y restricciones a la libertad de expresión, si estos puediesen alterar el orden público. Debido a que el mantenimiento del mismo es responsabilidad única del legislador, el inglés también renuncia a una separación de poderes del Estado, que defenderá más adelante Montesquieu, al considerar que la división de poderes llevaría a la guerra civil y por ello, el juez supremo debe ser necesariamente el soberano.

Además Hobbes admite tres tipos de Estado: la monarquía, la aristocracia y la democracia. Aunque podemos hablar de la existencia de otras formas de gobierno en el pasado como la tiranía y la oligarquía, el británico considera que son las mismas pero con distinto nombre. Pues aquellos que estan descontentos con la monarquía, la tacharán de tiranía; aquellos que no les guste la aristocracia, la denominarán oligarquía; al igual que aquellos que rechazan la democracia, la tildarán de anarquía. Desde mi punto de vista si puede ocurrir que aquellos que por ejemplo, no les agrade el sistema democrático tachen este mismo de anárquico por falta de poder. Pero una opinión impregnada de subjetividad al ser expuesta por alguien que puede no vivir, en este caso en una anarquía como tal, no debería utilizarse como argumento para negar otras teorias como por ejemplo, aquella que establece que la tiranía o la oligarquía son degeneraciones de las formas de gobiernos, como consideraba Aristóteles. En mi opinión, el agrado o desagrado individual por un determinado sistema no debería ser utilizado como criterio para afirmar o negar la existencia de los mismos.

Thomas Hobbes, como es propio de su época, es partidario de la monarquía absoluta pero desde una perspectiva diferente. Luis XIV, el símbolo del absolutismo, considera que el origen del poder es divino y por tanto, gobierna Francia porque Dios así lo quiere. Sin embargo, el inglés considera que si se tratase como superior lo sobrenatural a lo civil habría caos y el deseo de Hobbes es evitarlo.  Establece que cuando Dios habla a alguien, esta persona le entiende perfectamete; pero eso no implica que cuando el revelado se lo cuente a otro, este otro le comprenda; y por ello, concluye que es difícil saber con perfección lo que Dios quiere. A esto incluye que demostrar que se ha hablando con Dios es prácticamente imposible  lo que implica que no es esperable que los demás le crean. Por este motivo, aceptar que Luis XIV gobierna porque Dios lo quiere así es ridículo al no haber pruebas y resultar complicado que todos los hombres puedan comprender tal idea. Hobbes sitúa otro punto de vista al concluir que los monarcas gobiernan porque el pueblo así lo ha decidido a través del pacto social. Por tanto, el origen del poder está en el pueblo aunque este haya renunciado a su libertad.

Thomas Hobbes no es precisamente liberal. Sin embargo, tiene el reconocimiento de poner la primera piedra de una corriente de pensamiento que se desarrollará más adelante. La idea de que el político es un representante del pueblo y que este pueblo puede rebelarse contra el legislador si no garantiza la seguridad individual de los hombres, es un planteamiento impensable desde el absolutismo de Luis XVI donde el rey puede hacer todo aquello que le plazca.

https://es.wikipedia.org/wiki/Leviat%C3%A1n_(Hobbes)
http://pdfhumanidades.com/sites/default/files/apuntes/95-Hobbes-Leviatan%20%28completo%29.pdf
https://www.youtube.com/watch?v=9qKFp3UGyec
https://www.youtube.com/watch?v=sgqg7_0vyK0
https://lapiedradesisifo.com/2017/09/09/thomas-hobbes-filosofia-moral-y-politica/


Comentarios

  1. Muy bien Víctor. Otro punto con el que puede enlazarse a Hobbes con el liberalismo es el individualismo. Él fue el primero en legitimar la autoridad política desde el individuo. Que después justifique un Estado autoritario no deja de ser secundario. Otros vendrán que justificaran otros tipos de Estado, pero siempre, en la tradición liberal, desde el individuo. Como si fuéramos átomos que crean la sociedad para saciar sus deseos y expectativas.
    Saludos

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